viernes, 28 de julio de 2006

Ocupacion Francesa del lado Occidental de la Isla Hispaniola

Ocupación francesa del lado occidental de la isla
Devastaciones de Osorio. Tan importante llegó a ser el contrabando en La Española que a comienzos del siglo XVII la mayor parte de su producción era adquirida por franceses, ingleses u holandeses, y en menor medida portugueses, los cuales atracaban sus barcos lo más lejos posible de la ciudad de Santo Domingo (donde estaba asentada la burocracia real). Las zonas preferidas eran la norte y la occidental, con los puertos de Puerto Plata, Monte Cristi, Bayajá y La Yaguana. En esos poblados, el comercio ilegal llegó a tener un carácter regular y la anuencia y complicidad de las propias autoridades locales. Los propietarios de los hatos ganaderos radicados en el resto de la isla (incluidos los de la ciudad de Santo Domingo) preferían llevar sus reses hasta esas zonas y vender sus cueros a los contrabandistas, ya que recibían un mejor precio.
Esta “independencia” económica que mostraban los vecinos de la isla frente al gobierno español se vio incentivada por la penetración cultural que se verificó en “la Banda del Norte” –la región del contrabando–, donde se efectuaban bautizos protestantes con padrinos extranjeros, y en la que se confiscaron Biblias luteranas.
La Corona tomó entonces una medida drástica: decidió despoblar el oeste y el noroeste de la isla. Las devastaciones de Osorio, denominadas así porque el gobernador de la isla que las efectuó se llamaba Antonio de Osorio, se efectuaron entre 1605 y principios de 1606. Como resultado, los poblados de la Banda Norte fueron destruidos.
Efectos inmediatos de las devastaciones de Osorio.
• Destrucción de unos 120 hatos, lo que significó el abandono de más de cien mil reses y unos catorce mil caballos que pasaron a engrosar el ganado cimarrón de la zona despoblada. Del ganado manso que se criaba en la región sólo menos del 10% (unas 8,000 cabezas de ganado) pudo ser trasladado a los nuevos lugares.• Destrucción de los ingenios y trapiches del lugar, lo cual aceleró la decadencia de la industria azucarera y, junto con la pérdida de ganado y plantaciones de cañafístola y jengibre, acrecentó la pobreza padecida en toda la colonia y la disminución de la importancia comercial de Santo Domingo.• Favoreció el alzamiento de muchos esclavos negros que se asentaron en las zonas despobladas.• Emigración de muchos de los habitantes afectados a Cuba y Puerto Rico.• Despoblación de más de la mitad de la isla que quedó entonces a merced de los extranjeros cuyo trato se quería evitar.
Las Devastaciones de Osorio no detuvieron el contrabando.
El situado. La pobreza generalizada que afectó a largo plazo a toda la colonia, debido a las despoblaciones de 1605 y 1606, hizo que mermaran en grado sumo las recaudaciones fiscales de la administración colonial, hasta el punto de que no alcanzaban a cubrir los gastos burocráticos ni el mantenimiento de la dotación de soldados destacados en Santo Domingo. De ahí que, entre otras medidas, como la reducción del número de soldados a la mitad, el Gobierno español otorgara a partir de 1608 una asignación subsidiaria anual que en este caso procedía de México, y que se conocía como “el situado”. Este subsidio se mantuvo durante todo el resto del siglo XVII.
Filibusteros y bucaneros. Apropiación de la Tortuga. En 1629, ingleses y franceses desalojados por los españoles de la isla de San Cristóbal se asientan en la isla Tortuga, adyacente a La Española. Si bien este establecimiento de extranjeros fue en tres ocasiones destruido por las fuerzas militares de la colonia (en 1630, 1635, y 1654), terminó por imponerse la presencia francesa. Ésta hizo de la Tortuga un centro de operaciones marítimas, militares y comerciales cuyo objetivo era conspirar contra los controles e intereses españoles y, más concretamente, adueñarse de los terrenos descampados de La Española, a la que denominaban “Tierra Grande”. De hecho, para 1648, dos grupos habían pasado a la costa norte de la isla, dónde cazaban ganado y cultivaban el tabaco. Se dividían en tres clases:
FilibusterosTambién llamados “bandoleros del mar”, eran aventureros de distintas nacionalidades que se dedicaban a la piratería en las aguas del Caribe, asediando las embarcaciones españolas o portuguesas y sus puertos y ciudades del Caribe. Para reponer energías iban a la Tortuga.